Fr. Jerónimo Genovard Ginard, T.O.R. de 96 años, miembro de los Frailes Franciscanos de la Tercera Orden Regular, Viceprovincia de Santa María de Guadalupe, fue visitado por la hermana muerte corporal el lunes 28 de agosto de 2023, en el Convento de Los Santos Reyes, asistido espiritualmente por su fraternidad.
En el pueblo de Artá, en Mallorca, España, allí nació con la cálida luz del primer día de primavera, el 21 de marzo de 1927; sus padres fueron Antonio y Angela, siendo el menor de cinco hermanos. A los 10 años, ingresó a la Tercera Orden Regular, en donde el 21 de septiembre de 1948, a los 21 años se consagró a Dios para vivir los consejos evangélicos. Obtuvo la licenciatura en teología, por la Universidad Angelicum en Roma. El 25 de marzo de 1950, fue ordenado presbítero, en la Archibasílica de San Juan de Letrán, sede episcopal del Obispo de Roma; fray Jeroni recuerda: “Era el año Santo de 1950 y éramos 300 los que nos ordenaríamos como sacerdotes en San Juan de Letrán, y estábamos en todo el atrio y todo estaba blanco, muy bonito. El Papa Pío XII quiso darle mucha importancia a estas ordenaciones con una de las actividades más importantes del año”.
Después de su ordenación y hasta 1952, fue destinado al Convento de Artá, ahí, su amor por la música lo llevó a formar coro de niños, así como la instrucción litúrgica a acólitos y la dirección de obras de teatro con jóvenes.
En 1952 partió junto con otros compañeros a misionar en la selva de Brasil en la región del Mato Groso en donde fundó la primera misión franciscana; la selva amazónica se convirtió en su iglesia. En 1965, Fr. Nicolau de Villafranca, lo envió a fundar la misión franciscana con los indígenas de la sierra de Perú, en la población de Huamachuco, ahí, fray Jeroni construyó capillas y conventos.
En 1968, a los 41 años, fue enviado a misionar a la Ciudad de México, como vicario del Padre Miguel Salóm, en donde se dio a la tarea de remodelar la Capilla de los Santos Reyes. Allí arraiga en lo más profundo de su corazón un anhelo, una nueva misión: erigir un lugar consagrado al silencio y la oración, en un espacio dentro de la naturaleza… fray Jeroni corre y recorre todos los caminos y terrenos hasta encontrar el lugar idóneo para levantar la Ermita del Silencio, y fue en las faldas del Iztaccíhuatl, un volcán inactivo y frente al volcán Popocatépetl el lugar donde se hizo realidad su anhelo. Fr. Jenoni junto con Fr. Jacinto Gallardo, acudieron aquel sitio donado por el Sr. Eliseo Larios. En 1984 se colocó la primera piedra… a partir de ahí la construcción de la Ermita del Silencio fue un trabajo muy pesado, casi artesanal: muchas manos y brazos ayudaron, y un milagro se hacía realidad día a día: “He tenido la suerte de tener muchos amigos, por eso la Ermita es un verdadero monumento a la amistad” (fr. Jeroni). El proceso continuo con la construcción de la impresionante capilla de “La Contemplación” de inspiración románica, adosada a ésta, se edificó una pequeña capilla dedicada a la “Virgen de las Nieves”. Cuando levantó el campanario y colocaron la campana, fray Jeroni la bautizó con el nombre de su madre: Angela… “Angela ahora repica cada día para invitar al silencio, y los sonidos lejanos del Popo se apagan ante este tintineo de fuente viva de raíz mallorquina” En la parte más alta de la ermita, fray Jeroni sembró 24 cipreses, que representan a cada uno de sus sobrinos, a tal sitio lo nombró “El campo de la Esperanza”.
Fray Jeroni también fue un gran amante de la cerámica, de hecho, estudió en la Escuela de Diseño y Artesanía (EDA) de Bellas Artes, a partir de esa pasión, instaló en la Parroquia de los Santos Reyes un taller de cerámica que incluyó un horno. Así, durante 40 años se dedicó hacer piezas de cerámica que amorosamente con sus manos modeló para embellecer cada espacio de la Ermita del Silencio. “Este ser litúrgico mío, lo completo con hacer cerámica, al mover el barro para hacer mis obras es que encuentro paz, serenidad, creatividad e ilusión. La gran revelación, en la última hora de mi vida, es el hacer oración al estilo zen, oración hecha desde dentro del silencio y del saber respirar, esto es lo que da concentración y equilibrio, intuición, visión, alegría y unidad con mi amigo Jesús”.
El martes 29 de 2023 se celebró la Misa de exequias en la Parroquia de Los Santos Reyes, presidida por el M. Iltre. Mtro. Fr. Mauricio Alarcón Martínez, ministro provincial. Finalmente, el jueves 12 de octubre de 2023, las cenizas de fray Jeroni se trasladaron a su amada Ermita del Silencio. En un ambiente franciscano los hermanos y hermanas de la Tercera Orden Regular y la Asociación Amigos de la Ermita del Silencio, participamos en la celebración eucarística presidida por el ministro provincial Fr. Mauricio Alarcón Martínez, tor quien destacó la gran misión del Padre Jerónimo al servicio de la Orden y de la Iglesia; posteriormente entre un repique de campanas, trinar de las aves y una fumarola del volcán Popocatépetl, se esparció una porción de cenizas en el Campo de la Esperanza, donde se develó una placa conmemorativa y fue en la Capilla de la Virgen de las Nieves donde Fr. Jerónimo Genovard Ginard, tor, descansa en una cripta sellada con piedra de cantera tallada con una Tao floreciente.